León. Fray Luis de
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     Literato, poeta y místico del Siglo de Oro de la literatura castellana. Nació en Belmonte (Cuenca) en 1527 ó 1528. Su padre era el abogado, Lope de León. Su madre, Inés de Varela, era hija de Juan de Varela, guardia de corps del rey. 
   En 1542 su padre fue elegido oidor de la Cancillería de Granada y la familia marchó a esta ciudad. Estudió en  Salamanca y allí ingresó en el Convento de San Pedro, de los Agusti­nos. Profesó y obtuvo la licenciatura en Teología. Enseñó en el convento de Soria y luego en la  Universidad de Alcalá, donde estudió hebreo y lenguas orientales.
   En 1561 obtuvo la cátedra de Santo Tomás en Salamanca. El año anterior no había logrado la de Biblia. Se dedicó a la de Teología hasta 1565, año en que pasó a la cátedra de Durando.
   Su sólida formación le hizo apreciado y discutido. Dominaba lenguas orientales, pero se entregó al cultivo literario del castellano. En Marzo de 1572 fue acusado por otros catedráticos de haber traducido a lengua vulgar el Cantar de los Cantares y de criticar la traducción latina de la Biblia, prefiriendo el texto hebreo.
   Fue detenido por la Inquisición. Llevado a los calabozos del Santo Oficio en Valladolid. También fueron detenidos algunos compañeros como Gaspar de Grajal, que también era de ascendencia judía como él, y Martín Martínez. Estuvo 4 años encarcelado y en 1576 fue ab­suelto. Sólo se le reprochó el tratar temas peligrosos, se le prohibió seguir haciendo comentarios no seguros y se le confiscó la versión castellana del Cantar.
   La Universidad le recibió como triunfador. Reanudó la enseñanza con la frase famosa "Decíamos ayer" y acentuó su carácter agresivo y su confianza en sí. Por eso volvió a tener roces con la Inquisición en 1579 y 1582.
   En la Orden agustiniana recibió diversos cargos de importancia. Fue comisario de la reforma de la Orden, por entonces por muchos deseada. En 1591 fue elegido Vicario General de Castilla y luego Provincial, aunque murió antes de tomar posesión de tal cargo.
   Murió en una visita a Madrigal de la Altas Torres, casi de manera inesperada. Sus restos fueron llevados a San Agustín de Salamanca. Destruido el convento en el siglo XIX, sus restos fueron llevados a la capilla de la Universidad de Salamanca donde hoy reposan.
   Su producción literaria, sobre todo poética, le dejó un puesto de honor en la historia de la Literatura y de la ascética de España.
  - Dejó obras teológicas y exegéticas, también en latín; cuatro obras extensas en prosa; varios escritos breves y casi medio centenar de cartas. Su más polémica obra en prosa fue la "Exposición del Cantar de los Cantares", redactada en 1561 a petición de la monja de Sancti Spiritus de Salamanca, Isabel Osorio. Su mejor obra en prosa fue "De los nombres de Cristo" que se publicó en Salamanca el 10 de abril de 1583 y fue completada en 1585. Fue redactada en su segundo encarcelamiento. "La Perfecta Casada " fue un comentario para la mujer esposa y madre, con abundantes comentarios morales y sociales. Hacia 1779 publicó la "Exposición del Libro de Job", que tiene mucho de autobiografía
 

 

   

 

 

 

 

- Sus poemas no fueron conocidos hasta 1631, y ello gracias a las diligencias de Quevedo. Luego fueron saliendo diversas publicaciones con ellas durante el siglo XVII. Entre ellas las más significativas, cumbre de la lírica bucólica, se pueden recordar algunos poemas latinos como "Te servante ratem, maxima virgi­num"; odas bellas como "Oda a la Ascensión" y la "Oda a Salinas". Composiciones bucólicas como "Profecía del Tajo", "Canción de la vida solitaria" y "Noche serena"; y otras.

   Detrás de toda su producción literaria, de índole religiosa, quedó la figura del sabio catedrático, místico poeta y hombre de alta sensibilidad espiritual y humana.
 

  Se mantuvo en la vanguardia y en la libertad del pensamiento. Pero en­contró en las estructuras sociales de su tiempo, más que en la inquisición eclesial, un freno contra el que luchar, lo cual no puede ser entendido fuera del contexto.